Tengo que… Reflexión sobre las frases autolimitantes y la superación

¿Cuántas veces te has encontrado diciendo "Tengo que..." seguido de una tarea o actividad que preferirías evitar? 

"Tengo que ir al trabajo"
"Tengo que hacer una presentación"
"Tengo que ir al dentista"

Esas dos palabras "tengo que", aparentemente inofensivas, encierran un gran poder sobre nuestra percepción de la vida y nuestras acciones. A menudo, asociamos el "tengo que" con una obligación impuesta, con algo que hacemos porque no tenemos otra opción o simplemente porque es lo que se espera de nosotros.

El impacto de las frases autolimitantes

El lenguaje que usamos, además de reflejar nuestro estado de ánimo, también tiene la capacidad de influir en él. 

¿Te has detenido a pensar en cómo te sientes después de decir esa frase? 

Quizás te invada la sensación de falta de control o de resignación.

Yo las llamo frases autolimitantes. Son esas expresiones que nos hacen sentir atrapados en rutinas y obligaciones. Aunque hay actividades que definitivamente tenemos que hacer, como una cita con el dentista, gran parte de nuestra vida está marcada por elecciones, aunque no siempre lo percibamos. Qué mejor es elegir que imponernos.

Los 5 por qué: una herramienta de autoconocimiento

Una técnica útil para profundizar en nuestras verdaderas motivaciones es la de los “5 por qué”, en la que cuestionamos repetidamente el motivo detrás de una acción hasta llegar a la raíz de nuestras intenciones.

Por ejemplo: "Hoy tengo que preparar una presentación"

  1. ¿Por qué? "Porque quiero terminar mi proyecto".
  2. ¿Por qué? "Porque quiero avanzar con el siguiente".
  3. ¿Por qué? "Porque quiero seguir aprendiendo cosas nuevas con cada nuevo proyecto".
  4. ¿Por qué? "Porque quiero seguir avanzando profesionalmente"
  5. ¿Por qué? “Para realizarme personal y profesionalmente”

Al llegar al fondo de estas respuestas podemos descubrir que lo que parecía una obligación impuesta, en realidad está vinculado a un deseo interno de progreso y logro personal.

Al utilizar esta técnica, comúnmente identificamos un deseo personal de ser más felices.

Transformar el “tengo que” en “voy a

¿Qué sucedería si cambiáramos la mentalidad de "tengo que" por "voy a"? 

Este cambio puede parecer sutil, pero tiene un impacto profundo. "Voy a escribir un artículo” (porque quiero mejorar mis habilidades de comunicación) transforma una tarea que parecía impuesta en un acto consciente, voluntario y motivador. Con solo reformular la frase (literalmente cambiar 2 palabras), el enfoque cambia: lo que antes era una obligación ahora es una oportunidad de crecimiento personal.

Nuestro subconsciente es inmensamente poderoso, y un simple ajuste en el lenguaje que utilizamos puede predisponernos a abordar las actividades de manera más positiva y entusiasta.

Salir del círculo vicioso de las obligaciones

Todos caemos, en algún momento, en el "tengo que", corriendo el riesgo de quedar atrapados en un círculo vicioso de obligaciones que terminan agotando nuestra energía y motivación. Cuando comenzamos una actividad con una actitud negativa, es casi seguro que no la vamos a disfrutar, y esto nos puede llevar a la frustración.

Cuando detectes que estás cayendo en el "tengo que", haz una pausa y reflexiona:

¿Por qué lo estás haciendo? 
¿Es realmente una obligación o hay una motivación más profunda? 

A medida que identificas tus verdaderos motivos, puedes comenzar a transformar tu perspectiva y, en lugar de sentir que haces algo por obligación, hacerlo con un sentido de propósito y voluntad.

Y tú, ¿cuáles son tus "tengo que"?

¿Cuáles son tus "tengo que"? 
¿Estás viviendo tu vida bajo la sombra de las obligaciones impuestas?
¿Estás dispuesto a cambiar tu lenguaje y, con ello, tu enfoque?

La próxima vez que te encuentres diciendo "tengo que", prueba reformular las frases. Quizás descubras que lo que parecía una carga es, en realidad, una puerta hacia nuevas oportunidades de crecimiento y realización personal.

Recuerda, el poder de las palabras es inmenso. Cambia tu discurso, cambia tu actitud, y estarás un paso más cerca de una vida con propósito.


No se puede escapar de la responsabilidad del mañana evadiéndola hoy. - Abraham Lincoln

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