Liderazgo en tiempos del COVID
En marzo de 2020, nuestras vidas dieron un giro inesperado debido a la contingencia sanitaria por el COVID-19, que nos obligó a cambiar la manera en que trabajábamos y estudiábamos de un día para otro. Las escuelas cerraron sus puertas y muchas empresas tuvieron que improvisar estrategias para adaptarse a la nueva realidad.
Problemas y desafíos
Al igual que muchas instituciones, la Secretaría de Educación y diversas empresas no tenían un plan detallado para una contingencia de esta magnitud. Nos encontramos con grandes retos:
- La falta de protocolos claros sobre cómo proceder.
- La incertidumbre sobre la efectividad del trabajo remoto.
- Pasar de estar en una oficina rodeados de compañeros a trabajar completamente remotos desde casa.
Esto nos presentó un desafío no solo a nivel técnico, sino también organizacional.
Para adaptarnos, fue necesario implementar estrategias creativas que aseguraran que nos mantuviéramos a la altura de las necesidades de los clientes:
- Planes de actividades detalladas.
- Monitoreo del avance en tareas clave.
- Reportes claros para validar el trabajo realizado.
- Comunicación efectiva entre el equipo.
Uno de los obstáculos en mi trabajo fue debido al uso de hardware propiedad de los clientes, lo que nos llevó a gestionar permisos especiales para utilizarlos en un lugar distinto a las instalaciones de la empresa, buscando con esto dar continuidad al trabajo y que pudiéramos continuar sin interrupciones.
Las crisis ponen a prueba nuestra capacidad de adaptación, pero también nos obligan a innovar. Aprendimos que la preparación es clave y que en tiempos difíciles, un buen liderazgo marca la diferencia.
Como dice el dicho: Más vale tener un plan y no necesitarlo, que necesitar un plan y no tenerlo.
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